domingo, 23 de diciembre de 2012

Querido diario

Como esto no lo lee nadie, lo puedo utilizar como mi diario virtual, y si alguien lo lee, y me conoce, sí, me refiero a ti melocotón (porque ya eres la única que lo lee de muy, muy de vez en cuando), no te preocupes por mí, seguro que para cuando lo leas ya se me ha pasado.

Pues bueno, sólo quería decir que, tachan, ¡soy una mierda!

Por fin me he dado cuenta, después de tanto tiempo dándole vueltas, y pensar el por qué no estaba a gusto conmigo misma, me he dado cuenta. Y es que no sirvo para nada. No valgo nada, ni intelectualmente, ni físicamente, ni psicologicamente, ni socialmente.

No soy lista, no soy avispada, no tengo lógica y tampoco sé usarla, no tengo muchos conocimientos sobre nada, y todo lo que aprendo se me olvida fácilmente. No puedo correr durante más de 10 minutos, no puedo hacer pesas, no tengo un buen cuerpo, no tengo buenas piernas, y tampoco tengo la voluntad para entrenar, ¿y yo quiero entrar en el ejército? ¿En qué demonios estaría pensando?
No tengo sensibilidad con las personas, no tengo ni puta idea de cómo meterme en el papel de los demás, y mira que lo intento, pero hay veces que me superan las situaciones y no soy capaz de imaginarme en ellas.
Tampoco sé qué hacer para contentar a todo el mundo, y eso es lo que más me preocupa de todo. Quiero a un montón de gente, pero lo único que hago es apartarlas de mi lado, ¿por qué? Por intentar contentar a todo el mundo, pero sé que no puedo, y me frustra, y quisiera poder hacerlo, pero...

Por eso soy una mierda, no valgo para nada. Y quiero poner muchas más cosas, pero sé que puede que me arrepienta, quiero ser un poquito mejor, pero no sé cómo, y  luego llegará alguien que me diga pues así, así, y así, pero no podré seguirlo, y no entiendo qué me pasa, ¿por qué no soy capaz de seguir unos putos consejos?

También soy tímida, me he dado cuenta de que me he vuelto muy introvertida, ya no hablo tanto como hablaba antes, me da miedo hablar de algo que pueda molestar a alguien, me da miedo meter la pata diciendo algo que no es correcto, o algo que yo pienso que sí lo es, pero en realidad no lo es, porque si me equivoco puedo decir algo que toque la moral a nadie en particular y a todos en general.

Debería simplemente alejarme de todo cuanto quiero, todo sería más fácil para todos. Podría empezar una nueva vida, de cero, y no tendría que atosigar a la gente cuando me entra el miedo de que me abandonen, y de lo que no me doy cuenta es que las estoy alejando yo misma sin querer. Pero tampoco quiero eso, no quiero dejarlos, y no quiero que me dejen tampoco, son mi familia y los quiero con todo mi corazón y más.

Hay días en los que solo me apetece llorar y llorar y nada más que llorar, y gritar hasta quedarme afónica, o pelear, pegarle a las paredes, hasta que me destroce los nudillos. En esos momentos lo único que tengo dentro es rabia, rabia de que no me salgan las cosas como quiero, porque aunque no lo parezca también tengo rabia acumulada, pero no soy capaz de soltarla, porque podría lastimar a alguien, o podría empeorar las cosas si estoy hablando con alguien. Por eso soy muy impulsiva cuando hablo, porque perro ladrador, poco mordedor. Lo prefiero así también.

Hay que ver que solo escribo cuando estoy triste.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Opiniones, opiniones

¡Y aquí llego yo!

¡Buenas noches amado lector que lees de vez en cuando este blog!
¿Cómo se encuentra usted hoy?

Bueno, me ha faltado un poco de tiempo para escribir yo también, sobre la última gran novela erótica: 50 Sombras de Grey. Para todos aquellos que no les guste la saga, por favor les invito a salir ahora mismo del blog, o puede que empiecen a soltar espuma por la boca y no es mi intención. Las salidas se encuentran arriba a la derecha, en un cuadradito con una X (en la mayoría de los casos, roja), arriba a la derecha haciendo un simple click en "siguiente blog", o arriba en la X pequeña de la pestaña si usas Google Chrome, o Mozilla Firefox, (si usas Google Explorer... lo siento). Gracias.

Bien. La trilogía que me ocupa, aunque muchos les cueste admitirlo, es una buena trilogía. Le faltan cosas, es verdad, y puede que a veces repita otras, pero al fin y al cabo cumple la misión literaria, enganchar. Y es que el tema del BDSM no es un tema que pase por alto a nadie, y más en una sociedad donde todos los tipos de prácticas sexuales ajenas al sexo convencional, llama la atención, y el sadomasoquismo no iba a ser menos.

Pero no vengo a hablar del BDSM en sí, si no a la novela. Tiene un poquito de todo, puede que tire demasiado al principio del masoquismo para enganchar y luego caiga en una novela erótica sin más, pero no se puede negar que es una gran novela erótica, con su puntito policíaco y todo. Pero siempre es más fácil criticar que hacer una novela propia, y por mucho que critiquen, lo que en realidad duele es que una novela que para muchos no tiene nada fuera de lo normal, enganche tanto.

Christian Grey, ese gran multimillonario que todas adoran, y que al principio no entendíamos por qué les gustaba tanto, en la segunda novela se empieza a ver el por qué. No voy a contar nada relevante por si alguien quiere leerlo. Lo que atrae aunque no se diga es el misterio y el tabú que tiene el masoquismo, esa doble vida que lleva el protagonista, multimillonario de día, dominante de noche. ¿Y por qué no admitirlo? Si gusta una cosa, ¿por qué no probarla? Ahí está lo que a todos os duele, que a partir de esta novela puedes ponerte en la piel de Anastasia Steele, sufriendo y a la vez sorprendiéndote de que te guste. Simplemente da rienda suelta a la imaginación de cada uno, y si se prueba y gusta, ¿quién tiene el poder de decir que eso está mal?

Yo sólo doy mi opinión como lectora, y mi recomendación, son tres novelas que aun con la extensión que tiene, es muy amena, muy fácil de leer, y muy adictiva. Y si a partir de aquí se sueltan las ideas, mejor que mejor.