Supongo que aquí debería poner algo sobre el blog, pues bien, ahora mismo decir que solo son historias, algunas reales, otras ficticias, vivencias más que nada también, cosas que me han ocurrido en poco tiempo y que ahora necesitaba liberarme de ellas, y que por suerte me he liberado.

miércoles, 31 de marzo de 2010
Sueños
lunes, 29 de marzo de 2010
Para ti

Caso
Imagina

domingo, 28 de marzo de 2010
Muerte dulce muerte
Olvido

viernes, 26 de marzo de 2010
Se fue
Sin sospechar de aquello en lo que creía con tanto ahínco, se fue acercando. Cuando llegó e intentó tocarla se dio cuenta del engaño, pues su mano la atravesó por completo.
Era su mente la que le jugaba una mala pasada, no superaba todo lo que le había ocurrido a su corazón. Se había marchado la persona que lo hacía funcionar, por eso en sueños siempre volvía, para intentar hablar con él y decirle lo mucho que sentía no poder estar junto a él
Un Dios egipcio

¿Por qué no?
Quedaron en el mismo parque de siempre, a la sombra de unos bellos sauces que resguardaban del calor en una tarde de verano. Estaban llenos de júbilo, y cada vez que estaban juntos reinaba la armonia en el ambiente. Ella llegaba temprano como casi siempre, pero no le importaba, su pensamiento no estaba en otro sitio que en su amado, y ya contaba los minutos para poder verlo y besar sus carnosos labios y poder tocar su torso que tantas noches le habia hecho sudar. Le encantaban las noches de verano y esta prometía ser inolvidable.
Él llegó al poco tiempo que ella y pensó en lo afortunado que era estando con la chica más dulce, inteligente y por supuesto atractiva que había conocido en toda su vida. Ella aunque había visto ya mil veces al hombre de sus sueños, y sin dudarlo de su vida, siempre se maravillaba al verlo delante, con esa sonrisa tan radiante que no perdía con facilidad. Se besaron con rapidez pero dulcemente, se miraron a los ojos y decidieron que hacer en lo que quedaba de tarde. Dieron un paseo por aquel parque pese a que lo habian recorrido más de una vez, no se cansaban de admirarlo una y otra vez. Llegó pronto la noche y decidieron ir a casa de él, y allí descansar de la tarde, pues sin darse cuenta habían andado bastante.
Ser sin corazón

Fe ciega
Te Quiero
