domingo, 28 de marzo de 2010

Muerte dulce muerte

¿Cómo dejar de pensar? ¿Muerte por disparo, un ardiente abrazo de plomo? O, ¿muerte por decapitación? No, muy victoriano. ¿Qué tal cortándose las venas? Se puede hablar y hablar y hasta no haber perdido bastante sangre no se morirá, y lo mejor es que no dolerá. Aunque tampoco dolerá si se deja el coche con el motor encendido, se puede ahogar con el gas del coche, se entra en coma y se muere. Pero no, ese es el camino fácil, el camino de los cobardes. No hay nada ni nadie que merezca nuestro suicidio, aunque a veces pensemos que es el mejor camino, quitarse de en medio, solo estamos haciendo las cosas mal. Hay que intentar ver las cosas de otra manera, mirar hacia delante, nunca atrás. ¿Para qué morir, si se puede luchar? ¿Para qué dejar todo atrás, cuando se tiene todo por avanzar?

3 comentarios:

Unknown dijo...

No mueras, es una tontería planteárselo, vivimos para evitarlo y la vida nos da golpes para hacernos fuertes y ponernos a prueba. La vida es sufrimiento, y con sufrimiento se goza y se busca sentido al vivir. La felicidad no siempre está ahí, pero es de sabios contemplarla y bsucarla en el presente, y no vivir "in hac lacrimarum valle". La felicidad no se busca, se encuentra, y es inteligente intentar ser feliz siempre

Lum dijo...

Es cierto, a veces no es fácil ver la felicidad, ni siquiera pensar en encontrarla, pero no por eso debemos dejar todo esto atrás, tirar por tierra todo lo construido. Seguro que en cuanto menos lo esperemos llega la felicidad ^^

Unknown dijo...

tener esperanzas, pero no sumirse en ellas, sino vivr el presente :)