lunes, 29 de marzo de 2010

Para ti


Buenas tardes, te escribo a tí, a las 17.41 de la tarde que son, te escribo porque como varias veces te he dicho ya hoy, estoy con la inspiración subida y hay que aprovechar estos escasos momentos. ¿Y a ti? ¿Como te defino a ti? Puedo escribir que estás ahí cuando se te necesita, que aún después de tantas peleas, algunas fuertes y algunas que simplemente se caracterizan de roces, sigues ahí con quien de verdad te importa. Eres inteligente a más no poder, aunque a veces te vayas a los brazos de Morfeo o se te nuble la mente por culpa de Eros, sí, ese dios que siempre te atrapa, y ahora más que nunca. Puedo escribir sobre nuestras payasadas, o sobre como un día me sorprendiste defendiendo a tu hermano, riéndote cuando el muchacho no miraba, pero cuando lo hacía te ponías seria y le dirigías miradas cargadas de odio. También sobre el día de mi graduación, cómo hiciste que se me saliera el helado por la nariz, ese día no se me olvidará nunca creo yo. Puedo escribir sobre tu relación with your love, que es como te dije en su momento una envidiable relación por cómo sois el uno con el otro. Que me gusta tu forma de hablar, porque hablas tan rápido que a veces no se te entiende, y echo de menos nuestras horas, y horas, y horas, y horas hablando por teléfono. Y me gustan tus ojos, tan saltones y tan coloridos, que a tu pesar a ti no te gustan. Estoy contenta de haberte conocido y que nuestras vidas se hayan cruzado. Además puedo añadir de ti, tu gran insistencia sobre las cosas, y de cómo consigues lo que te propones, como tu carnet de biblioteca, o ver alguna película que te guste mucho, cómo puedes hacer que las personas se sientan de una manera o de otra, no sé si calificarlo como don o como maldición, pero es a lo que se puede parecer. Y cómo olvidar aquel día de enero en el que parecía que eras tú la que estaba mal en lugar de yo, sólo con mirarme, tú empezabas a llorar, igual que en semana santa, en aquel portal las dos abrazadas. O el día de feria en el que conocimos a aquel chico rubio (ya que no puedo descubrir su identidad, es un superhéroe), y tú le dirigiste un gran piropo, tal como, ¡qué guapo eres hijo!. También sobre nuestras sesiones de fotos, desde tu perra en todas las fotos, hasta el mirador que no podíamos subir más, que estábamos asfixiadas en las primeras cuestas. Cómo hiciste el salto de acrobacia saltando de la bici al suelo, no me lo podía creer, y aún hoy estoy con la intriga de cómo lo hiciste. ¿Qué más quieres que te ponga? Si lo importante es que tú y yo sabemos cuantas cosas hemos pasado y cuantas nos quedan por pasar, y aunque no estamos tanto tiempo juntas, no importa, entre nosotras no importa, porque nosotras somos de las pocas personas que no nos hemos enfadado nunca. Ya sabes dijimos para siempre, y para siempre será

2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja te quieroooooooooooo pomelitoo!!!!

Lum dijo...

¡¡Yo sí que te quieroooo melocotón!!